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LIBROS EN CALAMEO

31 de octubre de 2017

EL JARDÍN DE LOS CEREZOS - Antón Chéjov

EL JARDÍN DE LOS CEREZOS - Antón Chéjov
El jardín de los cerezos es la última de las piezas principales de Chéjov (las otras son La gaviota, Tío Vania y Las tres hermanas). Se trata de una comedia escrita en cuatro actos, ambientada en el declive económico de la aristocracia rusa a finales del siglo XIX. Durante
este periodo, los hijos de los que habían sido sus esclavos se enriquecían y tenía lugar una inversión de papeles que ponía en entredicho el modus vivendi de las clases adineradas tradicionales.
El jardín de los cerezos es una obra de teatro que cuenta la historia de una familia de origen ruso que se ve en problemas financieros y económicos; sin embargo no se preocupa por mejorar o recuperar lo que está casi a punto de perder. Lubova Andreievna, terrateniente
recién arruinada, vuelve a la casa familiar, al «Jardín de los Cerezos», el lugar donde vivió desde niña y del que ahora tendrá que desprenderse. Sobre la pérdida se construirán las nuevas vidas de aquellos cuyos destinos siempre estuvieron ligados al Jardín. Atrás quedan los recuerdos, los viejos empleos, los afectos… Un mundo de esperanzas y nuevas oportunidades surgirá de la desgracia, de la crisis. En la obra Chéjov mostró que las personas no viven grandes tragedias, ni discuten temas universales o tienen grandes romances, sino que los
personajes transcurren por situaciones aparentemente vulgares, lo que esconde la trama de problemas que las personas (los personajes) en realidad viven.
Antón Chéjov, poco antes de morir, escribe «El Jardín de los Cerezos» como reflejo de su época. Hoy, sin duda, es también reflejo de la nuestra. Las coincidencias son relevantes y nos invitan, como ciudadanos comprometidos con nuestro tiempo, a revisitarlas y reflexionar con ellas sobre el sentido de nuestro modelo vital.

(44 páginas - idioma: español) 


https://issuu.com/repolidoblaz/docs/el_jard__n_de_los_cerezos-_ant__n_c

27 de octubre de 2017

LAS HAZAÑAS DEL BRIGADIER GERARD - Arthur Conan Doyle

LAS HAZAÑAS DEL BRIGADIER GERARD - Arthur Conan Doyle
De cómo el brigadier llegó al castillo de los horrores

Hacéis bien, amigos míos, en tratarme con respeto, pues al honrarme a mí os honráis vosotros mismos y a la Francia entera.
No es quien os habla un viejo militar de bigotes grises, que come su tortilla y bebe su vaso de vino; es una página de la historia, de la historia más gloriosa de nuestro país, que no ha sido igualada por ningún otro.
Soy uno de los últimos de aquellos hombres admirables que antes de dejar de ser muchachos fueron militares veteranos; de aquellos que aprendieron antes a hacer uso de la espada que de la navaja de afeitar, y que durante más de cien batallas no permitieron ni una sola vez que el enemigo viese el color de sus mochilas.
Más de veinte años pasamos enseñando a Europa a pelear, y aun cuando aprendió la lección, fue siempre el termómetro y jamás la bayoneta el que producía algún efecto en el más grande de los grandes ejércitos.
En Berlín, en Nápoles, en Viena, en Lisboa, en Moscú, en todas partes hemos acuartelado nuestros caballos.
Sí, amigos míos, lo repito: hacéis bien en mandar a vuestros hijos a
saludarme, pues mis oídos han escuchado las dianas francesas y mis ojos han visto el orgulloso estandarte francés en sitios donde jamás ha llegado a escucharse ni a verse.
Siempre recuerdo con placer aquellos gloriosos tiempos, y después de comer, al echar la siesta en mi butaca, veo desfilar por delante de mí las inmensas filas de guerreros: los cazadores con sus chaquetas verdes, los elegantes coraceros, los lanceros de Poniatowsky, los dragones con sus capotes blancos y los galantes granaderos.
Después oigo el redoblar de los tambores y entre nubes de humo y polvo veo la línea de los bonetes altos, la fila de rostros arrugados por la intemperie y el movimiento de las largas plumas rojas, entremezclado todo con el brillo del acero, y por último, allá a lo lejos, rodeado de Ney, Lefèvre y otros valientes bien conocidos, distingo a nuestro hombrecito, pálido y severo, con sus penetrantes ojillos grises.
Éste es el final de mi sueño. Entonces salto de la butaca lanzando una exclamación de alegría, y madame Titaux vuelve a reírse del viejo militar que vive entre las sombras del pasado.

(158 páginas - idioma: español)


https://issuu.com/repolidoblaz/docs/las_haza__as_del_brigadier_gerard_-

24 de octubre de 2017

EL TRATADO DE LA PINTURA - Leonardo Da Vinci

EL TRATADO DE LA PINTURA - Leonardo Da Vinci
EL TRATADO DE LA PINTURA POR LEONARDO DE VINCI,
Y LOS TRES LIBROS QUE SOBRE EL MISMO ARTE ESCRIBIÓ
LEÓN BAUTISTA ALBERTI, TRADUCIDOS E ILUSTRADOS CON ALGUNAS NOTAS POR DON DIEGO ANTONIO REJÓN DE SILVA,
CABALLERO MAESTRANTE DE LA REAL DE GRANADA, Y ACADÉMICO DE HONOR DE LA REAL ACADEMIA DE SAN FERNANDO. DE ORDEN SUPERIOR.
REIMPRESO EN MADRID EN LA IMPRENTA REAL
AÑO DE 1827.
AL SERENÍSIMO SEÑOR
D. GABRIEL DE BORBON,
INFANTE DE ESPAÑA &c. &:c.
SEÑOR.
JJeuda de mi obligación era siempre^
por lograr el honor de ser individuo de
un cuerpo de quien es V. A. dignísimo
Gefe^ poner á S. R. P. cualquiera producción
de mi limitado ingenio ; pero
tratando esta obra de un arte en que
con no poca admiración de los inteligentes
ha adquirido el sublime talento de
V. A. ^ y su extraordinaria aplicación
tanta inteligencia y adelantamiento^ es
absolutamente preciso que busque este
libro su patrocinio en la benignidad
de V. A.
Su amor á las bellas artes ^ su proteccion^
y su superior discernimiento
me aseguran que no será desagradable
á V. A. el Tratado mas científico de la
Pintura que veneran los Profesores^
digna producción del célebre Leonardo
de Vinci ^ y al mismo tiempo me hacen
esperar que premie V. A. mi afición
disimulando los errores de mi inadvertencia.
serenísimo señor.
A L. R. P. de V. A.
Su mas rendido subdito
Diego Antonio Rejón de Silva.
(383 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/el_tratado_de_la_pintura_-_leonardo

23 de octubre de 2017

EL ENIGMA NAZI - José Lesta

EL ENIGMA NAZI - José Lesta
José Lesta cursó estudios de Ciencias Físicas
en la especialidad de Física Fundamental. Es
colaborador habitual en revistas especializadas
en misterios y heterodoxia, así como en radio.
Es corresponsal de MILENI03 en Galicia y autor
de 4 libros.

CAPÍTULO 1. Las voces de Hitler
La visión del Freinberg
Lanz, el monje templario
Viena: esoterismo y drogas
Revelación mística en Pasewalk
CAPÍTULO 2. La sociedad esotérica Thule
El espía agitador de masas
Preparándose para recibir al anticristo
La guerra mágica de la Logia Blanca
El iniciado del Dragón Verde y «los 72» que gobiernan el mundo
CAPÍTULO 3. Ahnenerbe: Círculo secreto del anticristo
Hielscher, el sumo sacerdote
El vuelo misterioso de Hess
Un Camelot para los monjes negros
El tesoro secreto de la Orden Negra
CAPÍTULO 4. Nazis en busca del Arca perdida
Las «Calaveras de la Diosa de la Muerte»
El «Martillo de Wotan»
La «Piedra del Destino» gobierna las naciones
Nazis en busca del Arca de la Alianza
El poder de la Lanza de Longinos
CAPÍTULO 5. El Santo Grial de la Orden Negra
La agonía de los «hombres puros»
Otto Rahn: el Parsifal del siglo xx
Himmler busca el Grial en Montserrat
La última cruzada en Montségur
CAPÍTULO 6. En conexión con el Rey del Mundo
Visiones de los «Superiores Desconocidos»
Shambhala, la ciudad eterna
Mensajeros del Himalaya
Las SS en el Tíbet
CAPÍTULO 7. Objetivo: destruir Nueva York
Los aviones invisibles supersónicos Horten
Von Braun y el misil de Nueva York
El bombardero suborbital Sánger: la primera nave espacial
CAPÍTULO 8. La bomba atómica nazi
Espías en la Misión Alsos
Noviembre 1944, isla Rügen: primer ensayo atómico
La aventura del submarino U-234
¿Era americana la bomba atómica de Hiroshima?
CAPÍTULO 9. Los platillos volantes del III Reich
Armas de ciencia ficción
De la Cierva y los ovnis nazis
Las bolas de fuego de Peenemünde
CAPÍTULO 10. Misterio en el búnker
Los días finales 206
El último vuelo sale de Berlín
El asesinato de Hitler
¿Los hijos de Hitler?
CAPÍTULO 11. Caso Bormann: el oro del III Reich
Bormann, la sombra negra de Hitler
Misteriosa fuga del búnker
Las finanzas del IV Reich
CAPÍTULO 12. Rumbo al oasis antártico
Se rinde el último U-Boot
Convoy invisible a lo desconocido
Un refugio inexpugnable bajo los hielos
Operación High Jump: la última batalla
(277 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/el_enigma_nazi_-_jos___lesta

20 de octubre de 2017

LASSIE - N°01 - 1950

LASSIE - N°01 - 1950
Revista comic LASSIE - Número 01 - año:1950 - Publicado por Dell Publishing Co. Inc. - Impreso por Western Printing & Lithographing - U.S.A.
(52 páginas - idioma: inglés)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/lassie_-n__1_-1950-


LASSIE - N°02 - 1950

Revista comic LASSIE - Número 02 - año:1950 - Publicado por Dell Publishing Co. Inc. - Impreso por Western Printing & Lithographing - U.S.A.
(52 páginas - idioma: inglés)


LASSIE - N°3 - 1951
Revista comic LASSIE - Número 03 - año:1951 - Publicado por Dell Publishing Co. Inc. - Impreso por Western Printing & Lithographing - U.S.A.
(52 páginas - idioma: inglés)


LASSIE - N°06 - 1952
Revista comic LASSIE - Número 06 - año:1952 - Publicado por Dell Publishing Co. Inc. - Impreso por Western Printing & Lithographing - U.S.A.
(36 páginas - idioma: inglés)

19 de octubre de 2017

EL LIBRO DEL TÉ - Okakura Kakuzo

EL LIBRO DEL TÉ - Okakura Kakuzo
Antes de que fuese una bebida, el té fue una medicina. Sólo en el octavo siglo hizo su entrada en China, en el reino de la poesía, como una de las más elegantes distracciones de aquel tiempo. En el siglo quince, el Japón le dio patente de nobleza e hizo de él una religión estética: el teísmo.
El teísmo es un culto basado en la adoración de la belleza, tan difícil de hallar entre las vulgaridades de la trivial existencia cotidiana. Lleva a sus fieles a la inspiración de la pureza y la armonía, el sentido romántico del orden social y el misterio de la mutua misericordia. Es esencialmente el culto de lo Imperfecto, puesto que todo su esfuerzo tiende a realizar algo posible en esta cosa imposible que todos sabemos que es la vida.
Considerada en la acepción vulgar de la palabra, la filosofía del té no es una simple estética, puesto que nos ayuda a expresar, conjuntamente con la ética y la religión, la concepción integral del hombre y de la naturaleza. Obligando a la limpieza, es una higiene; es también una economía, porque demuestra que el bienestar reside más en la simplicidad que en la complejidad y en lo superfluo; es una geometría moral, porque define el sentido de nuestra proporción respecto al Universo. Y, finalmente, representa Oriente, puesto que hace de todos sus adeptos unos aristócratas del buen gusto.
El hecho de que el Japón haya permanecido durante tantos siglos aislado del mundo, ha contribuido, al desarrollar su vida interior, a la propagación del teísmo.
Nuestras habitaciones, nuestra cocina y nuestra indumentaria; nuestras lacas, nuestras porcelanas, nuestra pintura y nuestra literatura han sufrido su influencia. Nadie que conozca la cultura japonesa podrá negarlo.
(32 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/el_libro_del_t___-_okakura_kakuzo-

LAS MARAVILLAS DEL 2000 - Emilio Salgari

LAS MARAVILLAS DEL 2000 - Emilio Salgari
PRIMERA PARTE
LA FLOR DE LA RESURRECCIÓN
El pequeño vapor que una vez a la semana hace el servicio postal entre Nueva York, la ciudad más populosa de los Estados Unidos de Norteamérica, y la minúscula población de la isla de Nantucket, había entrado aquella mañana en el pequeño puerto con un solo
pasajero. Durante el otoño, terminada la estación balnearia, eran rarísimas las personas que llegaban a esa isla, habitada sólo por unas mil familias de pescadores que no se ocupaban de otra cosa que de arrojar sus redes en las aguas del Atlántico.
-Señor Brandok -había gritado el piloto cuando el vapor estuvo anclado junto al desembarcadero de madera-, ya hemos llegado.
El pasajero, que durante toda la travesía había permanecido sentado en la proa sin intercambiar una palabra con nadie, se levantó con cierto aire de aburrimiento, que no pasó inadvertido ni para el piloto ni para los cuatro marineros.
-Las diversiones de Nueva York no le han curado su spleen -murmuró el timonel dirigiéndose a sus hombres-. Y, sin embargo, ¿qué le falta? Es bello, joven y rico… ¡si yo estuviese en su lugar!
El pasajero era, en efecto, un hermoso joven, tenía entre veinticinco y veintiocho años, era alto y bien conformado, como lo son ordinariamente todos los norteamericanos, esos hermanos gemelos de los ingleses, de líneas regulares, ojos azules y cabello rubio.
No obstante había en su mirada un no sé qué triste y vago que conmovía de inmediato a cuantos se le acercaban, y sus movimientos tenían un no sé qué de pesadez y cansancio que contrastaba vivamente con su aspecto robusto y lozano.
Se hubiera pensado que un mal misterioso minaba su juventud y su salud, a pesar del bello tinte sonrosado de su piel, ese tinte que indica la riqueza y la bondad de la sangre de la fuerte raza anglosajona.
Como hemos dicho, al oír la voz del piloto el señor Brandok se levantó casi con esfuerzo y como si en ese momento despertara de un largo sueño.
Bostezó dos o tres veces, miró soñoliento la orilla, tocó apenas el ala de su sombrero respondiendo al saludo respetuoso de los marineros, y bajó lentamente al muelle de madera.
En vez de encaminarse hacia el poblado cuyas casas se alineaban a doscientos pasos del puerto, marchó a lo largo de la costa con las manos metidas en los bolsillos del pantalón y los ojos medio cerrados, como si fuese presa de una especie de sonambulismo.
Cuando llegó a un extremo del poblado se detuvo y abrió los ojos, fijándolos en un grupo de chicos descalzos a pesar del aire punzante y que corrían por los médanos riendo y gritando.
-He aquí seres felices -murmuró Brandok con tono de envidia-; éstos, al menos, no saben qué es el spleen.
(136 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/las_maravillas_del_2000_-_emilio_sa

17 de octubre de 2017

AGUILAS DE LA ESTEPA - Emilio Salgari

AGUILAS DE LA ESTEPA - Emilio Salgari
CAPITULO 1
UN SUPLICIO ESPANTOSO
-¡A él, sartos!… ¡Ahí está!…
Alaridos ensordecedores respondieron a este grito y una ola humana se derramó por las angostas callejuelas de la aldea flanqueadas por pequeñas casas de adobe, de color gris y miserable aspecto, como todas las habitadas por los turcomanos no nómades de la gran estepa turana.
-¡Deténganlo con una bala en el cráneo!
-¡Maten a ese perro! … ¡Fuego!…
Una voz autoritaria que no admitía réplica dominó todo ese alboroto.
-¡Guay de quien dispare!! … Cien “thomanes”{1} al que me lo traiga vivo!
El que había pronunciado estas palabras era un soberbio tipo de anciano, mayor de sesenta años, de aspecto rudo y robusto, anchas espaldas, brazos musculosos y bronceada piel que los vientos punzantes y los rayos ardientes del sol de la estepa habían vuelto áspera. Sus ojos negros y brillantes, la nariz como pico de loro y una larga barba blanca le cubría hasta la mitad del pecho. Por las prendas que vestía se notaba en seguida que pertenecía a una clase elevada: su amplio turbante era de abigarrada seda entretejida con hilos de oro; la casaca de paño fino con alamares de plata y las botas, de punto muy levantada, de marroquí rojo. Empuñaba un auténtico sable de Damasco, una de esas famosas hojas que se fabricaban antiguamente en la célebre ciudad y que parecían estar formadas por sutilísimas láminas de acero superpuestas para que fueran flexibles hasta la empuñadura.
A la orden del anciano todos los hombres que lo rodeaban bajaron los fusiles y pistolas y echaron mano de sus “cangiares”, arma muy parecida al “yatagán” de los turcos, para proseguir su furiosa carrera a los gritos de: -¡Atrápenlo!… ¡Rápido!
(136 páginas - idioma:español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/aguilas_de_la_estepa_-_emilio_salga

16 de octubre de 2017

LA REINA DE LOS CARIBES - EMILIO SALGARI

LA REINA DE LOS CARIBES - EMILIO SALGARI

CAPÍTULO I
EL CORSARIO NEGRO
El mar Caribe, en plena tormenta, mugía furioso lanzando verdaderas montañas de agua contra los muelles de Puerto-Limón y las playas de Nicaragua y de Costa Rica.
El astro del día, rojo como un disco de cobre, sólo proyectaba pálidos rayos.
No llovía; pero las cataratas del cielo no debían de tardar en abrirse.
Tan sólo algunos pescadores y algunos soldados de la pequeña guarnición española se habían atrevido a permanecer en la playa.
Un motivo, sin duda muy grave, los obligaba a estar en acecho. Hacía algunas horas que había sido señalada una nave en la línea del horizonte, y por la dirección de su velamen, parecía tener intención de buscar un refugio en la pequeña bahía.
Cualquier nave que viniese de alta mar producía una viva emoción en las poblaciones españolas de las colonias del golfo de México.
Bastaba que se notase algo sospechoso en las maniobras de las naves que arribaban, para que las mujeres y los niños corrieran a encerrarse en sus casas y los hombres se armaran precipitadamente.
Si la bandera era española, la saludaban con estrepitosas vivas, celebrando el raro caso de haber esquivado los cruceros de los corsarios.
Los desmanes y saqueos llevados a cabo por Pedro el Grande, Brazo de Hierro, John Davis, Montbar, el Corsario Negro y sus hermanos el Rojo y el Verde y el Olonés, habían sembrado el pánico en todas las colonias del golfo.
Viendo aparecer aquella nave, los pocos habitantes que se habían detenido en la playa a contemplar la furia del mar habían renunciado a la idea de volver a sus casas, no sabiendo aún si tenían que habérselas con algún velero español o con algún osado filibustero.
Viva inquietud se reflejaba en el rostro de todos, tanto pescadores como soldados.
-¡Nuestra Señora del Pilar nos proteja- decía un viejo marinero, moreno como un mestizo y asaz barbudo-; pero, os digo, amigos, que esa nave no es de las nuestras! ¿Quién se atrevería con semejante tormenta a empeñar tal lucha a tanta distancia del puerto, si no fuese tripulada por los hijos del Diablo, esos bandidos de las Tortugas?
-¿Estáis seguro de que se dirige hacia aquí? -preguntó un sargento que estaba en un grupo de soldados.
-Segurísimo, señor Vasco. ¡Mirad! Ha dado una bordada hacia el Cabo Blanco, y ahora se prepara a volver sobre sus pasos.
(118 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/la_reina_de_los_caribes_-_emilio_sa

12 de octubre de 2017

TUROK - N°4 - Noviembre de 1969

TUROK - N°4 - Noviembre de 1969
Revista comic TUROK  - Número 4 - Noviembre 1969 - Revista mensual editada en México por convenio con Western Publishing Company U.S.A. - Publicada e impresa por la Organización Editorial Novaro S.A.  México.
(38 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/turok-n4-1969-

TUROK - N°41 - Octubre 1972
Revista comic TUROK  - Número 41 - Octubre 1972 - Revista mensual editada en México por convenio con Western Publishing Company U.S.A. - Publicada e impresa por la Organización Editorial Novaro S.A.  México.
(38 páginas - idioma: español)

10 de octubre de 2017

AFORISMOS - Leornardo Da Vinci

AFORISMOS - Leornardo Da Vinci
LEONARDO AL LECTOR
1.- Considerando que no podía encontrar una materia de gran utilidad o agrado, puesto que los hombres nacidos antes que yo habían tomado para sí todos los temas útiles y necesarios, haré como el que, a causa de su pobreza, llega el último a la feria y, no pudiendo surtirse de otro modo, compra cosas ya vistas por los otros y desechadas por ellos a causa de su escaso valor.
2.- Emplearé en la adquisición de esa mercadería despreciada, rechazada y proveniente de muchos mostradores, mi escaso peculio, y así recorreré no las grandes ciudades, sino los pobres caseríos, distribuyendo las cosas de que dispongo y recibiendo por ellas el precio que merecen.
3.- Empezado en Florencia, en la casa de Braccio Martelli, el 22 de marzo de 1508, todo esto forma una recopilación sin orden de muchas hojas sueltas, a la espera de clasificarlas según la materia de que tratan. Creo que, antes de llegar al fin, repetiré muchas veces las mismas cosas. Si ello ocurre, no me critiques, lector. Las cosas son en gran número y la memoria no puede reténerlas todas. Yo no quisiera escribir lo que ya he dicho; mas para no incurrir en ese error, sería menester que cada vez que agrego algo, releyese todo lo pasado, lo que me ocuparía mucho tiempo, pues escribo a largos intervalos y fragmento por fragmento.
(84 páginas - idioma: español)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/aforismos-leonardo_da_vinci

 https://www.slideshare.net/RepolidoBlaz/aforismos-leonardo-da-vinci-81880216

8 de octubre de 2017

LE TRIANGLE D’OR - Maurice Leblanc - (1918)

LE TRIANGLE D’OR - Maurice Leblanc - (1918)
Chapitre 1
Maman Coralie
Un peu avant que sonnât la demie de six heures, comme les ombres du soir devenaient plus épaisses, deux soldats atteignirent le petit carrefour, planté d’arbres, que forme, en
face du musée Galliera, la rencontre de la rue de Chaillot et de la rue Pierre-Charron.
L’un portait la capote bleu horizon du fantassin ; l’autre, un Sénégalais, ces vêtements de laine beige, à large culotte et à veston cintré, dont on a habillé, depuis la guerre, les
zouaves et les troupes d’Afrique. L’un n’avait plus qu’une jambe, la gauche ; l’autre, plus qu’un bras, le droit.
Ils firent le tour de l’esplanade, au centre de laquelle se dresse un joli groupe de Silènes, et s’arrêtèrent. Le fantassin jeta sa cigarette. Le Sénégalais la ramassa, en tira vivement quelques bouffées, la pressa, pour l’éteindre, entre le pouce et l’index et la mit dans sa poche.
Tout cela sans un mot. Presque en même temps, de la rue Galliera, débouchèrent deux autres soldats, dont il eût été impossible de dire à quelle arme ils appartenaient, leur tenue militaire se composant des effets civils les plus disparates. Cependant, l’un arborait la chéchia du zouave ; l’autre, le képi de l’artilleur. Le premier marchait avec des béquilles, le second avec des cannes.
Ceux-là se tinrent auprès du kiosque qui s’élève au bord du trottoir.
Par les rues Pierre-Charron, Brignoles et de Chaillot, il en vint encore, isolément, trois : un chasseur à pied manchot, un sapeur qui boitait, un marsouin dont une hanche était
comme tordue. Ils allèrent droit, chacun vers un arbre, auquel chacun s’appuya.
Entre eux, nulle parole ne fut échangée. Aucun de ces sept mutilés ne semblait connaître ses compagnons et ne semblait s’occuper ni même s’apercevoir de leur présence.
Debout derrière leurs arbres, ou derrière le kiosque, ou derrière le groupe de Silènes, ils ne bougeaient pas. Et les rares passants qui traversaient, en cette soirée du 3 avril 1915, ce carrefour peu fréquenté, que des réverbères encapuchonnés éclairaient à peine, ne s’attardaient pas à noter leurs silhouettes immobiles.
La demie de six heures sonna. À ce moment, la porte d’une des maisons qui ont vue sur la place s’ouvrit. Un homme
sortit de cette maison, referma la porte, franchit la rue de Chaillot et contourna l’esplanade.
(220 páginas - idioma: francés)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/le_triangle_d_or_-_maurice_leblanc

7 de octubre de 2017

LA COMTESSE DE CAGLIOSTRO - Maurice Leblanc - (1924)

LA COMTESSE DE CAGLIOSTRO - Maurice Leblanc - (1924)
Chapitre 1 – Arsène Lupin a vingt ans
Raoul d’Andrésy jeta sa bicyclette, après en avoir éteint la lanterne, derrière un talusrehaussé de broussailles. À ce moment, trois heures sonnaient au clocher de Bénouville.
Dans l’ombre épaisse de la nuit, il suivit le chemin de campagne qui desservait le domaine de la Haie d’Étigues, et parvint ainsi aux murs de l’enceinte. Il attendit un peu. Des chevaux qui piaffent, des roues qui résonnent sur le pavé d’une cour, un bruit de grelots, les deux battants de la porte ouverts d’un coup… et un break passa. À peine Raoul eut-il le temps de percevoir des voix d’hommes et de distinguer le canon d’un fusil. Déjà la voiture gagnait la grand-route et filait vers Étretat.
« Allons, se dit-il, la chasse aux guillemots est captivante, la roche où on les massacre est lointaine… je vais enfin savoir ce que signifient cette partie de chasse improvisée et toutes ces allées et venues. »
Il longea par la gauche les murs du domaine, les contourna, et, après le deuxième angle, s’arrêta au quarantième pas. Il tenait deux clefs dans sa main. La première ouvrit une petite porte basse, après laquelle il monta un escalier taillé au creux d’un vieux rempart, à moitié démoli, qui flanquait une des ailes du château. La deuxième lui livra une entrée secrète, au niveau du premier étage.
Il alluma sa lampe de poche, et, sans trop de précaution, car il savait que le personnel habitait de l’autre côté, et que Clarisse d’Étigues, la fille unique du baron, demeurait au second, il suivit un couloir qui le conduisit dans un vaste cabinet de travail : c’était là que, quelques semaines auparavant, Raoul avait demandé au baron la main de sa fille, et là qu’il avait été accueilli par une explosion de colère indignée dont il gardait un souvenir désagréable.
Une glace lui renvoya sa pâle figure d’adolescent, plus pâle que d’habitude. Cependant, entraîné aux émotions, il restait maître de lui, et, froidement, il se mit à l’oeuvre.
Ce ne fut pas long. Lors de son entretien avec le baron, il avait remarqué que son interlocuteur jetait parfois un coup d’oeil sur un grand bureau d’acajou dont le cylindre n’était pas rabattu. Raoul connaissait tous les emplacements où il est possible de pratiquer une cachette, et tous les mécanismes que l’on fait jouer en pareil cas. Une minute après, il découvrait dans une fente une lettre écrite sur du papier très fin et roulé comme une cigarette. Aucune signature, aucune adresse.
(176 páginas - idioma: francés)

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6 de octubre de 2017

LA DEMOISELLE AUX YEUX VERTS - Maurice Leblanc - (1927)

LA DEMOISELLE AUX YEUX VERTS - Maurice Leblanc - (1927)
CHAPITRE 1 – … et l’Anglaise aux yeux bleus
Raoul de Limézy flânait sur les boulevards, allégrement, ainsi qu’un homme heureux qui n’a qu’à regarder pour jouir de la vie, de ses spectacles charmants, et de la gaieté légère qu’offre Paris en certains jours lumineux d’avril. De taille moyenne, il avait une silhouette à la fois mince et puissante. À l’endroit des biceps les manches de son veston se gonflaient, et le torse bombait au-dessus d’une taille qui était fine et souple. La coupe et la nuance de ses vêtements indiquaient l’homme qui attache de l’importance au choix des étoffes.
Or, comme il passait devant le Gymnase, il eut l’impression qu’un monsieur, qui
marchait à côté de lui, suivait une dame, impression dont il put aussitôt contrôler
l’exactitude.
Rien ne semblait à Raoul plus comique et plus amusant qu’un monsieur qui suit une dame. Il suivit donc le monsieur qui suivait la dame, et tous les trois, les uns derrière les autres, à des distances convenables, ils déambulèrent le long des boulevards tumultueux.
Il fallait toute l’expérience du baron de Limézy pour deviner que ce monsieur suivait cette dame, car ce monsieur mettait une discrétion de gentleman à ce que cette dame ne s’en doutât point. Raoul de Limézy fut aussi discret, et, se mêlant aux promeneurs, pressa e pas pour prendre une vision exacte des deux personnages.
Vu de dos, le monsieur se distinguait par une raie impeccable, qui divisait des cheveux noirs et pommadés, et par une mise, également impeccable, qui mettait en valeur de larges épaules et une haute taille. Vu de face, il exhibait une figure correcte, munie d’une barbe soignée et d’un teint frais et rose. Trente ans peut-être. De la certitude dans la marche. De l’importance dans le geste. De la vulgarité dans l’aspect. Des bagues aux doigts. Un bout d’or à la cigarette qu’il fumait.
(148 páginas - idioma: francés)

https://issuu.com/repolidoblaz/docs/la_demoiselle_aux_yeux_verts_-_maur

4 de octubre de 2017

VICTOR, DE LA BRIGADE MONDAINE - Maurice Leblanc - (1934)

VICTOR, DE LA BRIGADE MONDAINE - Maurice Leblanc - (1934)
Victor, de la Brigade mondaine, à qui le vol des Bons de la Défense nationale, le double assassinat du père Lescot et d’Élise Masson, et sa lutte opiniâtre contre Arsène Lupin, ont valu une telle renommée, était avant cette époque, un vieux policier, habile, retors, hargneux, insupportable, qui faisait son métier en amateur, quand « ça lui chantait » et dont la presse avait eu maintes fois l’occasion de signaler les procédés singuliers et la manière un peu trop fantaisiste. Le Préfet s’étant ému de certaines réclamations, voici la note confidentielle qui lui fut communiquée par M. Gautier, directeur de la Police judiciaire, lequel ne manquait jamais de soutenir son subordonné.
« L’inspecteur Victor, de son vrai nom Victor Hautin, est le fils d’un Procureur de la République, mort à Toulouse, il y a quarante ans. Victor Hautin a passé une partie de sa vie dans les colonies. Excellent fonctionnaire, chargé des missions les plus délicates et les plus périlleuses, il fut souvent déplacé à la suite de plaintes portées contre lui par des maris dont il séduisait les femmes, ou des pères dont il enlevait les filles. Ces scandales l’empêchèrent de prétendre aux postes élevés de l’administration.
« Plus calme avec les années, ayant hérité une jolie fortune, mais désireux d’occuper ses loisirs, il se fit recommander à moi par un de mes cousins résidant à Madagascar, qui tenait Victor Hautin en grande estime. De fait, malgré son âge, malgré son indépendance excessive et son caractère ombrageux, c’est un auxiliaire précieux, discret, sans ambition, peu soucieux de réclame, et dont j’apprécie vivement les services. »
(136 páginas - idioma: francés )

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SEIS SOMBREROS PARA PENSAR - Edward De Bono

SEIS SOMBREROS PARA PENSAR - Edward De Bono
¿Es realmente posible cambiar la eficacia del pensamiento?
En enero de 1985, la revista Time consagró "Hombre del Año" a quien fue el responsable último del éxito rotundo de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles: Peter Ueberroth.
Generalmente en estos juegos se pierden cientos de millones de dólares. A pesar de que la ciudad de Los Ángeles se había opuesto a gastar fondos municipales en los juegos, las Olimpíadas de 1984 dieron un excedente de 250 millones de dólares. El extraordinario éxito se debió fundamentalmente a nuevos conceptos y nuevas ideas, implementados con liderazgo y eficacia.
¿Qué clase de pensamiento generó estos nuevos conceptos?
Peter Ueberroth, en una entrevista concedida al Washington Post el 30 de septiembre de 1984, explica de qué modo utilizó el pensamiento lateral para generar nuevos conceptos.
El pensamiento lateral es una técnica que desarrollé hace muchos años. He escrito muchos libros al respecto. Peter Ueberroth había asistido a una charla de una hora, que di en la Organización de Jóvenes Presidentes, nueve años antes.
Hay muchos otros ejemplos del modo como una técnica deliberada tiene gran efecto. Mi tarea consiste en inventar las técnicas y presentarlas. Luego corresponde a individuos, como por ejemplo Mr. Ueberroth, elegirlas y ponerlas en práctica.
El pensamiento es el recurso máximo del ser humano. Sin embargo, nunca estamos satisfechos con nuestra capacidad más importante. No importa cuan buenos seamos, siempre querríamos ser mejores. Generalmente, los únicos que están satisfechos con su capacidad de pensamiento son aquellos pobres pensadores que creen que el objetivo de pensar es probar que tienen razón —para su propia satisfacción. Sólo si tenemos una visión limitada del poder del pensamiento, nos puede complacer nuestra perfección en este terreno, pero no de otro modo.
( 93 páginas - idioma: español )

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2 de octubre de 2017

PABLO PICASSO - Anatoli Podoksik

PABLO PICASSO - Anatoli Podoksik
Although, as Picasso himself put it, he “led the life of a painter”
from very early childhood, and although he expressed himself through the plastic arts for eighty uninterrupted years, the essence of Picasso’s creative genius differs from that usually associated with the notion of “artiste-peintre”. It might be more correct to consider him an artist-poet because his lyricism, his psyche, unfettered by mundane reality, his gift for the metaphoric transformation of reality are no less inherent in his
visual art than they are in the mental imagery of a poet. According to Pierre Daix, “Picasso always considered himself a poet who was more prone to express himself through drawings, paintings and sculptures.”1 Always? That calls for clarification. It certainly applies to the 1930s, when he wrote poetry, and to the 1940s and 1950s, when he turned to writing plays. There is, however, no doubt that from the outset Picasso was
always “a painter among poets, a poet among painters”
(160 páginas - idioma: ingles )

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