HUMANO, DEMASIADO HUMANO - Friedrich Nietzsche
Química de las ideas y de los sentimientos.– Los problemas filosóficos revisten hoy
las mismas formas que hace dos mil años: ¿cómo puede nacer una cosa de su contraria, por
ejemplo, lo razonable de lo irracional, lo sensible de lo muerto, la lógica del ilogismo, la
contemplación desinteresada del deseo avaro, el altruismo del egoísmo, la verdad del error?
La filosofía metafísica, para vencer esta dificultad, se ha valido hasta hoy de la negación de
que una cosa naciera de otra, y aceptando para las de alto valer un origen milagroso: la
separación del núcleo y la de la esencia de «la cosa en sí». La filosofía histórica, el más
reciente de los sistemas filosóficos, que no puede concebirse separado de la ciencia natural,
descubre casos particulares y verosímilmente derivará de ellos esta conclusión primordial:
que no existen cosas contrarias, sino la exageración habitual de la concepción popular o
metafísica, y que la base de esta pregonada oposición está en un error de raciocinio.
Conforme a sus explicaciones, no hay, en sentido estricto, ni conducta altruista, ni
contemplación enteramente desinteresada, puesto que ambas son sublimaciones, en que el
elemento fundamental parece casi volatizado y no revela su presencia hasta que no se hayan
hecho más sutiles observaciones. Todo lo que necesitamos, y que afortunadamente se nos
puede ofrecer hoy por primera vez, merced al nivel de las ciencias particulares, es una
química de las representaciones y de los sentimientos morales, religiosos, estéticos, y de las
emociones que sentimos en las relaciones grandes y pequeñas de la civilización y de la
sociedad, y tal vez hasta en el destierro. ¿Pero para qué, si esa química tiende a demostrar
que en su dominio aun los colores magníficos son producto de materias viles, casi
despreciadas? ¿Sentirán satisfacción muchas personas en continuar tales investigaciones? La
humanidad procura alejar de su pensamiento todas las cuestiones de origen y de principios:
¿no es necesario estar separado de ella para sentir inclinación opuesta?
138 páginas
Idioma: español
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Química de las ideas y de los sentimientos.– Los problemas filosóficos revisten hoy
las mismas formas que hace dos mil años: ¿cómo puede nacer una cosa de su contraria, por
ejemplo, lo razonable de lo irracional, lo sensible de lo muerto, la lógica del ilogismo, la
contemplación desinteresada del deseo avaro, el altruismo del egoísmo, la verdad del error?
La filosofía metafísica, para vencer esta dificultad, se ha valido hasta hoy de la negación de
que una cosa naciera de otra, y aceptando para las de alto valer un origen milagroso: la
separación del núcleo y la de la esencia de «la cosa en sí». La filosofía histórica, el más
reciente de los sistemas filosóficos, que no puede concebirse separado de la ciencia natural,
descubre casos particulares y verosímilmente derivará de ellos esta conclusión primordial:
que no existen cosas contrarias, sino la exageración habitual de la concepción popular o
metafísica, y que la base de esta pregonada oposición está en un error de raciocinio.
Conforme a sus explicaciones, no hay, en sentido estricto, ni conducta altruista, ni
contemplación enteramente desinteresada, puesto que ambas son sublimaciones, en que el
elemento fundamental parece casi volatizado y no revela su presencia hasta que no se hayan
hecho más sutiles observaciones. Todo lo que necesitamos, y que afortunadamente se nos
puede ofrecer hoy por primera vez, merced al nivel de las ciencias particulares, es una
química de las representaciones y de los sentimientos morales, religiosos, estéticos, y de las
emociones que sentimos en las relaciones grandes y pequeñas de la civilización y de la
sociedad, y tal vez hasta en el destierro. ¿Pero para qué, si esa química tiende a demostrar
que en su dominio aun los colores magníficos son producto de materias viles, casi
despreciadas? ¿Sentirán satisfacción muchas personas en continuar tales investigaciones? La
humanidad procura alejar de su pensamiento todas las cuestiones de origen y de principios:
¿no es necesario estar separado de ella para sentir inclinación opuesta?
138 páginas
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